Cada cierto tiempo oímos hablar de una nueva estrella o influencer en las redes sociales: usuarios que, partiendo muchas veces de la nada, alcanzan un estatus en Instagram, por ejemplo, y consiguen legiones de seguidores. Algunos de ellos son perros. Ya no nos sorprende. Es más, nos encanta, sobre todo en casos como el de Popeye, que fue un perro rescatado por su actual familia, que cuenta que lo encontró hambriento y desconfiado por las calles de la ciudad. La diferencia de Popeye con el resto es que él se ha hecho célebre en las redes por algo que parecía reservado solo a los humanos.
Porque Popeye es un foodie. Sus publicaciones se refieren a los lugares donde come o cena, siempre vestido con adorables outfits y disfrutando de los mejores restaurantes de su ciudad, Los Angeles. Ya son casi 50.000 personas quienes siguen sus aventuras culinarias californianas, aunque la cifra no deja de crecer. Por ello, algunos locales dog-friendly de la ciudad han empezado a contar con él para promocionar sus desayunos, tacos, perritos calientes, hamburguesas y hasta smoothies y cócteles. No hay nada que se le resista a Popeye.
Imágenes | Instagram
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